sábado, 5 de octubre de 2013

Komomo


La noto entre la multitud. Ella baila con otra chica de una forma tan sexy que no puedo dejar de observarla, a veces se reojo, desde que llegué. Lleva  un vestido blanco corto con un increíble escote en la espalda, que deja a la vista un sostén que definitvamente me gustaría desabrochar,  y su cabello ondulado cae sobre sus hombros. Supongo que nota que la observo, por que me regala una mirada coqueta mientras baila, y porsupuesto, yo le devolvo una sonrisa.

Mary y yo conseguimos unas bebidas y recorremos el lugar apretujándonos contra la gente. Entonces siento cómo alguien roza mi espalda con su mano y volteo. Es ella.  Me sonríe por encima del hombro y sigue su camino dejándome atrás. Desconozco el protocolo del toque en la espalda, así que le pregunto a Mary, quien  me confirma que se trata de una invitación. Sigo a la chica hasta la pista y bailamos. Sí que es hermosa, sus facciones asiáticas me fascinan y sus ojos me parecen hipnotizantes. Mi amiga se acerca a invitarnos a fumar, a mí no me gusta, pero a la chica y a sus amigos sí, por lo que debemos salir a la terraza.

Ella se llama komomo, pero sus amigos la llaman momo, y es de Japón. Estará unos cuantos días en la ciudad, al igual que yo. No le pregunto porqué. Su inglés es peor que el mío así que trato de impresionarla diciendo las pocas frases que conozco en su idioma y cantamos fragmentos de una canción que ambas conocemos.

Regresamos a dentro y seguimos bailando. Momo aprieta su cuerpo contra el mío cada vez más descaradamente, y porsupuesto yo no lo evito. Me gusta la sensación. No sé en qué momento, pero nos besamos. Así nada más.  Nos besamos mientras bailamos.

Hace calor.

Es tarde, y Mary se acerca a decirme en español que debemos irnos. Momo me mira desconcertada. Yo no quiero irme. Le digo a Mary que se adelante a sabiendas de que podría fallar mi intención y quedarme varada en medio de la ciudad sin idea de cómo volver a casa, pero deseo irme con komomo.
Y eso hago.

Su hotel está en el centro de la ciudad. Comparte la habitación con una amiga que esa noche no llegará a dormi, según le entiendo. Me gusta escucharla hablar, es divertido como cambia la forma de las palabras y nos cuesta trabajo entendernos.

Se quita los zapatos a la entrada, una costumbre de su país, así que yo hago lo mismo. En ese momento me doy cuenta de lo pequeñas que somos las dos sin los tacones. Casi la misma altura.
Me siento en el sillón  mientras ella camina hacia  el frigobar, y desde lo lejos me lanza  una botella con agua.

Con la mayor naturalidad del mundo se da la vuelta y se deshace del vestido blanco, dejándome apreciar la forma en que su espalda perfecta baja a la exquisita curva de su trasero, con una ropa interior tan diminuta y sexy que no sé si quedarme observando, o ir hacia ella.  Opto por la primera opción, no me muevo. Ella camina por la habitación con la seguridad de quien se sabe hermosa y le gusta que la miren. Se aleja del frigobar para recostarse en la cama. Su silueta  se dibuja perfecta a la tenue luz de la habitación. Su mirada, acompañana de una sonrisa segura y pícara, me invita a unirme a ella.

Me levanto  sonriendo. Me quito el vestido a rayas que traigo puesto, y me siento a un lado de la cama. Ella me recorrie con su mirada, y acaricia mi pierna  suavemente para luego jalar mi cabeza hacia la de ella y besarme un largo rato. 
Me gusta besarla, pero no es suficiente. Me encanta su cuerpo y quiero recorrerlo todo con mi boca, así que lo hago.

Acaricio sus piernas, y no puedo evitar desear tocar más arriba. Quiero sentirla, quiero besar la llave de sus orgasmos.

Me vuelve loca la idea de besar por encima de sus ropa interior. Acariciar con mi lengua sus muslos y ponerla tan nerviosa que me ruegue que me acerque más. Por fin accedo y retiro la tela para lamer su humedad. Es salada. Salada y agradable. El lugar está suave y mojado. A pesar de lo sexis que se ven, debo quitarle las bragas para sumergirme por completo en ella. La oigo gemir y eso me encanta. Su respiración se acelera aún más y me abraza con sus piernas. Sujeta mi cabello. Presiona mi cabeza contra ella. Sus manos me buscan, me acarician y llega el momento en el que no saben qué hacer y sólo aprietan las sábanas mientras su espalda se arquea. Su respiración se corta, y en un hilo de voz, se va.

Me levanto un poco limpiando mi boca y me echo sobre ella. Me gusta la sensación se sus pechos contra los míos. Me gusta su piel. Me gusta su boca.  Me gusta su respiración agitada. Estoy tan excitada y húmeda hasta el punto del dolor. Necesito que me toque. Tomo su mano la presiono contra mí. Ella me acaricia y sonríe ante la prueba física de lo mucho que la deseo. Mete sus dedos y me deshago. Ahora ella está sobre mí. La forma en que me toca, en que frota, en me besa mientras lo hace me impide pensar claramente.
No puedo más.

En algún momento nos quedamos dormidas. El hambre me despierta, y me doy cuenta de que es hora de retirarme. Ya hay luz afuera. No le pido su número, probablemente jamás vuelva a verla.

Le doy un beso, una sonrisa y un adiós.

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jueves, 28 de febrero de 2013

Nuevo Blog


http://www.note-sketchbook.blogspot.com/

domingo, 9 de octubre de 2011

...y sin embargo se mueve...

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jueves, 11 de agosto de 2011

Quiero tragarme tus pestañas.


Arrancarlas una a una con mis dientes, de tus ojos... sólo por que son perfectas.


No te preocupes, vuelven a crecer :)

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miércoles, 10 de agosto de 2011

Enterrado

Enterrarte en palabras.

Enterrarte un cuchillo.

Enterrarte entre mis piernas.

Enterrarte en mi memoria...

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lunes, 8 de agosto de 2011

Monster


...pero el monstruo fue condenado a no morir, y el destino es un hijo de
puta...

...tomó forma en medio de la oscuridad. Sus cuatro brazos se contorsionaban parsimoniosamente, percibiéndose como nuevas extremidades, y sus colores se fusionaban entre sí, ininteligibles en medio de las sombras. Quien hubiera logrado sorprender a la quimera, jamás hubiese sospechado qué le había dado forma: la silueta era confusa, y la poca luz artificial a penas y permitía discernir sus extensiones como formas independientes, pero a la vez partes de un todo mítico. Tenía dos bocas que se hacían una, y luego otra vez eran dos, y que se desplazaban a lo largo de toda su morfología, a veces juntas, a veces separadas. El horror de la escena era que el monstruo parecía devorarse a sí mismo, mordiéndose, lamiendo partes de su propia anatomía.

El engendro trataba insistentemente de cubrir una curiosa herida sangrante introduciendo en ella uno de sus miembros…tal vez dolía… sonidos quisquillosos se liberaban cuando lo hacía. Pequeñas risas aquí, palabra inescrutables allá. Su dialecto extravagante e indescifrable mezclaba gemidos, gruñidos y carcajadas escalofriantes.

La fusión se presentaba en intervalos confusos y después, la criatura se desarmaba y se quedaba quieta... entonces, una vez más se perdía todo orden, se inquietaba y reiniciaba su estrepitosa aventura formando nudos imprecisos.

El sol se esforzó por colarse a través de las oscuras cortinas hasta ganar la batalla contra la penumbra, disolviéndola entre la suave caricia de su luz...el monstruo había muerto, o al menos eso pareció cuando sus partes disueltas, casi inertes, a penas cambiaban de posición de vez en vez.

El misticismo de aquella calurosa madrugada hizo posible su fusión. La aberración desapareció junto con las sombras...

Dos cuerpos, alcanzados por la claridad del día, renacieron como nuevos seres cuyo aliento de vida recién otorgado les permitió levantarse y seguir cada uno su camino. Aquellos cuerpos volverán a encontrarse un día, y el esperpento renacerá una vez más. El cielo clama por que no sea así: los dos son unos malditos... pero el monstruo fue condenado a no morir, y el destino es un hijo de puta...

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jueves, 25 de noviembre de 2010

Perfection


Era un hermoso jardín Zen construido y trabajado meticulosamente por el Jian, el Artista.

Al sentir el Artista que el pequeño niño Zilin se acercaba a él, sin dejar de mirar el apacible lago artificial que había formado años atrás, le dijo:

"Todas las personas vienen aquí ahora. Creen que este paraíso es enteramente natural, y durante años, cuando intento explicar mi arte, encuentro en ellos reacciones de desagrado"

El artista le sonrió al niño, quien no mostró sorpresa en su rostro.

"Las personas prefieren creer en la perfección de la naturaleza". Entonces tomó la pequeña mano del niño entre la suya. "Excepto tú, porsupuesto. ¿A qué crees que se deba?"

Zilin, el niño, miró una carpa que nadaba con sus movimientos sinuosos entre el musgo del lago y finalmente respondió:

"Tal vez, honorable tío... es por que prefiero creer en la perfección de la mente humana".


El Jian. Erick Van Lustbader


Qué obsesión con si es natural...lo que sea. Si es muy agradable, se ve bien, sabe bien, y/o se siente bien, ¿por qué no? :D
Así que no me importa si Christian Bach tiene que pasar por un largo proceso de postproducción, y que tal vez no la quiera ver por las mañanas al levantarse...¡se ve hermosa! XD

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